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Monday, May 11, 2015

La infalibilidad del Papa


El Cardenal Eugenio Pacelli, ya canonizado y desde el 2009 decretado como el Venerable Pio XII fue un papa controversial. Todavía se discute su posición ante el nazismo. Es cierto que salvó la vida de más de 700, 000 judíos y calladamente apoyó muchos movimientos para proteger y salvar judíos durante la II Guerra Mundial. Sin embargo, fue ampliamente criticado por lo que muchos vieron como su tibia actitud ante Hitler.

Muchos católicos polacos se sintieron traicionados por su ligera respuesta ante las atrocidades de los nazis contra la Iglesia Católica polaca. Otros se sintieron abandonados por su política de neutralidad durante la guerra. En 1942 provocó la ira de varios gobiernos porque estableció relaciones diplomáticas con Japón.

Con Stalin nunca pudo relacionarse bien. Le tenía pánico al comunismo y por otra parte tenía poca influencia en la Unión Soviética, donde los católicos eran una minoría exigua. Según muchos de sus aduladores, esa fue la razón por la cual reservó sus condenas a Hitler. También justifican que debido a su tibieza, muchas figuras de la alta jerarquía ecleciástica se retrataron junto a Hitler y Mussolini, y aparecieron en diversas veladas organizadas por los gobernantes nazis y fascistas.

Setenta años después, el nazismo y el bloque soviético han desaparecido de la faz de la tierra. Su legado ideológico solo recorre, vagamente como un débil espectro, algunos países europeos, aunque hay que reconocer que han ganado alguna fuerza en los últimos años. Pío XII es un papa venerado a pesar de la controversia. Su legado fue mantener la fortaleza del dogma católico mucho después de la catástrofe europea de los años cuarenta.

Ahora el papa Francisco se retrata con Raúl Castro y hasta intercede en favor de las relaciones de Cuba con Estados Unidos. Esto, por supuesto, molesta a muchos y con razón. Pero no es el primer Papa en hacerlo, aunque sí el más activo con respecto a la política cubana. No debemos olvidar que es argentino y por lo tanto más cercano al fenómeno que representa la revolución cubana.

No está haciendo nada muy diferente a lo que otros pontífices bajo distintas circunstancias han realizado. Como estado político y espiritual, el Vaticano está obligado a ser pragmático. Su fuerza reside en la influencia que pueda tener sobre sus seguidores, ya que sus tropas no pasan más allá de la Guardia Suiza. En Cuba, los católicos representan una relativa mayoría coherente dentro de los grupos no identificados con el poder y las organizaciones oficiales.

El castrismo pasó de la persecución desmesurada y cruel de los católicos a una aceptación de su persistencia siempre y cuando mantengan una aceptable pasividad. La obligación de la iglesia es mantener y abrir nuevos espacios para sus feligreses. Eso lo han logrado pírricamente en Cuba. La Iglesia apuesta a la eternidad y no a lo efímero de los gobiernos y las ideologías. Piensa que una vez que los Castros desaparezcan, su presencia seguirá allí, garantizando el más allá a sus seguidores. Tienen casi dos mil años de experiencia.

Para sus objetivos no vacila en utilizar los servicios de traidores. Pedro, el primer Papa, el fundador de la Iglesia Católica, traicionó a Jesús más de una vez. El Cardenal Ortega y Alamino es un San Pedro de nuestros tiempos. Tampoco duda en utilizar los servicios de amanuenses que calmen la sed de justicia de las masas. En Cuba existe el dúo de Roberto y Lenier, capaces de decir cualquier cosa y de justificar la mansedumbre, que como han dicho recientemente, se encuentran encantados con que el papa Francisco “va a legitimar el proceso de restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos y el proceso que se está viviendo en Cuba…las necesidades de los cubanos y la metodología de la distensión”. O sea, dejemos toda la solución de nuestros problemas en manos del general Presidente.

A pesar de que la infalibilidad del papa es un dogma establecido en 1870 que todo católico tiene que aceptar, este se refiere solamente a las cuestiones de moral y fe. El dogma no exonera al papa de cometer errores cuando se trata de posiciones personales. Es difícil saber si el papa Francisco, está actuando meramente como gobernante de un estado no-democrático o como un árbitro moral. En realidad, las opiniones personales de las figuras públicas importan bien poco. Aunque hasta ahora no está haciendo nada insólito ni fuera del panorama de la política vaticana de las últimas décadas, hay que vigilar que su entusiasmo no lo consuma y pase de ser un mediador práctico a un colaborador en la persistencia del sistema. Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba son parte de una nueva dinámica global que no tiene por qué convertirse en una legitimación de una dictadura ni en una consumación de la tergiversación de la memoria histórica.

Raúl Castro, que cada vez habla más parecido a Tres Patines, podrá querer hacerse el gracioso diciendo que volveria a rezar y a ir a la iglesia dada su admiración por Francisco, pero este gesto no puede borrar de un manotazo su historia de abusos contra los católicos y su persistente violación de los más elementales derechos humanos.


Roberto Madrigal

3 comments:

  1. Este es algo mucho mas grande
    https://es.wikipedia.org/wiki/Casos_de_abuso_sexual_cometidos_por_miembros_de_la_Iglesia_cat%C3%B3lica

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  2. Buen punto de Cid que implica que los dos Castros fueron abusados sexualmente en la Escuela de Belen por los padres Jesuitas

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  3. Los templos de Ninive y sus sacerdotes fueron olvidados hace mucho tiempo debajo de las arenas del tiempo. Los esclavos y los enemigos tampoco son recordados. A Tres Patines lo castigaban en La Corte Suprema. La sangre y los tormentos de los inocentes tambien seran olvidados.
    Tu amigo del Norte

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